miércoles, 2 de octubre de 2013

ENSALADA AGRIDULCE

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Vamos a preparar ahora una ensalada agridulce. Esta ensalada es muy fácil de preparar y va a resultar un plato muy divertido en la mesa, debido a la variedad de colorido con la que se presenta.
Al pensar en ensaladas imaginamos un plato lleno de lechuga y tomate que a muchos le resulta inapetente pero si usamos un poco de nuestro ingenio haremos de la ensalada el plato preferido por todos. Una ensalada es una mezcla de alimentos en los que destacan los vegetales y las frutas, esto hace de la ensalada un plato bajo en calorías, rico en nutrientes y que además nos brinda saciedad. Estas cualidades hacen de la ensalada un plato lleno de beneficios: Hidratación. Los vegetales están compuestos en su mayoría de agua (en muchas, más del 90%) aunque nada sustituye al agua, las ensaladas son también una forma de hidratarse y sentirse fresco en las épocas de calor. Dan vida. Las vitaminas tienen múltiples funciones que regulan el buen funcionamiento del cuerpo, los vegetales son considerados alimentos fuente de vitaminas.  Limpian nuestro cuerpo. A través de la orina eliminamos parte de los desechos del cuerpo. El alto contenido de agua y potasio, al bajo aporte de sodio de los vegetales que hacen una ensalada, así como a la presencia de aceites esenciales que dilatan los vasos renales otorgan a la ensalada propiedades depurativas, desintoxicantes y diuréticas. Es decir ayuda a eliminar líquidos por la orina y en ella nuestros desechos. Esta propiedad es en especial bueno para mejorar la hipertensión, la retención de líquidos, cálculos renales, altas concentraciones de ácido úrico etc. Los vegetales más diuréticos son el apio, los espárragos frescos, escarola, cebolla. Cuidan nuestra piel. Los betacarotenos, una forma de vitamina A están presentes en los vegetales de color rojo, amarillo y anaranjado. La vitamina A renueva la piel y las mucosas. La vitamina C, que la encontramos en muchos vegetales como el tomate y los pimientos forman colágeno que mantiene la piel tersa y sin arrugas. También la vitamina E y los aceites insaturados presentes en los frutos secos y en el aceite de oliva del aliño ayudan a mantener tersa nuestra piel. Evitan el estreñimiento. Por la riqueza en fibra de los vegetales, una ensalada resulta laxante, por lo que previenen o mejora el estreñimiento. Además, la fibra contribuye a reducir el colesterol en sangre y al buen control de la glucemia (niveles de azúcar en sangre), beneficioso en caso de colesterol alto y diabetes. Aportan pocas calorías. Muy adecuadas para todas las personas, y especialmente para quienes siguen una dieta de adelgazamiento, eso sí, sin abusar de los aliños. Además, comenzar la comida con una ensalada, sacia y reduce el apetito, lo que interesa en estas circunstancias. Cuidan el corazón. Los vegetales por ser fuente de vitaminas y minerales tienen un gran poder antioxidante que bloquea la acción de radicales libres causantes de varias enfermedades como las cardiacas. Favorecen la digestión. En algunas hortalizas se percibe algo de sabor amargo por ejemplo los berros, arúgula, escarola, rábano etc. Esto estimula el trabajo del hígado y vesícula biliar. Por otro lado los germinados son una súper carga de nutrientes y de sustancias llamadas enzimas que participan de la digestión. Consumir diariamente ensaladas es obligatorio y lo mejor de todo es que hay mil formas de prepararlas y hacer de ellas no sólo un plato de entrada, sino también un plato de fondo bajo en calorías, si incluimos un alimento de cada grupo. Eso sí los aliños deben ser muy ligeros para no pasarnos de las calorías.

INGREDIENTES

  • 4 endibias.
  • 2 plátanos.
  • 2 tomates.
  • 2 kiwis.
  • 1 cebollita.
  • Aceite de oliva.
  • Vinagre.
  • Azúcar.
  • Sal.
  • Pimienta molida negra.

PREPARACION

Lave las endibias y cótelas en rodajas sobre la ensaladera, pique los tomates en cuadritos, y con la cebolla rallada, échelos también a la ensaladera.
Añada los plátanos pelados y cortados en rodajas y los kiwis también pelados y en rodajitas finas.
Eche encima una cucharadita de azúcar revuelva bien todo y déjelo reposar para que se impregne con el azúcar la ensalada.
Antes de servir, añada una pizca de pimienta, sal, aceite de oliva y vinagre.
Sirva esta ensalada fría.

Espero que os guste.

LACON CON GRELOS

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Hoy vamos a preparar un plato típico de la gastronomía gallega por excelencia, hoy vamos a preparar un Lacón con grelos. 
El grelo es el brote del nabo en cuyo extremo aparecerán las flores. Su apariencia es la de un tallo más o menos grueso (puede alcanzar el grosor del dedo pulgar de la mano) del que salen algunas hojas y, en el extremo, las flores.
El grelo es comestible mientras está tierno. Cuando la flor está desarrollada el grelo se endurece y ya no es posible su consumo, pues no ablanda nunca por mucho que se cueza. Un buen sistema para saber si el grelo es blando o no consiste en darle un corte transversal en su extremo. Si el centro está muy blanco (blanco nieve) el grelo no es comestible a causa de su dureza.
Lacón con cachelos y grelos. En España, el principal productor y consumidor de grelos es Galicia. Se emplean para cocinar el caldo gallego y otros platos típicos, como el lacón con grelos, que es propio de los Carnavales, época en que los grelos están en sazón. Algunas personas confunden el grelo y las nabizas. Ambos productos son las hojas del nabo, pero los grelos se recolectan en el momento inmediatamente previo a la floración, cuando aparecen las yemas (proceso conocido como "grelar" en gallego) y las nabizas son las mismas hojas antes de esa fase (a partir de octubre-noviembre).


Por otro lado, el lacón (del latín lacca) es uno de los productos derivados del cerdo. Procede de las extremidades delanteras del animal y, principalmente, se comercializa el de las razas Celta, Large White, Landrace y Duroc.
El cerdo, todavía lechón, se sacrifica con seis meses de edad como mínimo y no menos de 90 kilos de peso. Las patas delanteras son sometidas a un proceso de elaboración similar al que se aplica al jamón curado pero algo más corto, concretamente de unos 35 días de duración, que consta de las siguientes etapas: salazón de la pieza, lavado para eliminar los restos de sal, asentado y secado o madurado. Mediante este proceso, los brazuelos del cerdo son transformados en lacones curados. En la obtención de los lacones no está permitido aplicar procesos de ahumado, ya que se perderían las características organolépticas propias del producto. Tomando como modelo el lacón gallego, el lacón presenta una forma redondeada con los bordes perfilados y mantiene todas las partes de la pata del cerdo excepto la escápula, e incluye también la piel y la pezuña. Su peso oscila entre los tres y los cinco kilos y medio. Su grasa, de consistencia untosa, es de color blanco o amarillento y contribuye al aroma y sabor que presenta la pieza. Su masa magra es rosada, de aroma suave y ligeramente salada. Según el tipo de alimentación que haya recibido el lechón, se conocen dos tipos de lacón gallego: Tradicional, que se caracteriza por proceder de cerdos que en sus tres últimos meses de vida han sido alimentados solamente con cereales, castañas, tubérculos y bellotas; Lacón gallego normal, que procede de cerdos cuya alimentación se basa en piensos autorizados y controlados por el Consejo Regulador de la Denominación Específica. Características nutricionales[editar · editar código] En cuanto a sus características nutricionales, el lacón constituye una buena fuente de proteínas de alto valor biológico. Su composición nutricional es similar a la de la paletilla, y como tal presenta más grasa (alrededor del 20%) y menos proteína que el jamón curado. La carne de cerdo en general es una fuente importante de vitaminas del grupo B, excepto de ácido fólico. Además, es la carne que menor cantidad de bases púricas contiene, sustancias que al metabolizarse dan lugar al ácido úrico. Su aporte calórico es de 350 calorias por 100 gramos.

INGREDIENTES

  • 3/4kg. de Lacón.
  • 1kg. de Grelos.
  • 250gr. de chorizo casero.
  • 3 patatas grandes.
  • 3 dientes de ajo.
  • 1 bote de judías blancas cocidas.

PREPARACION

Cueza el lacón, cambiándole el agua 2 ó 3 veces, hasta que esté tierno.
Cuando le parezca que ya está desalado, póngalo con agua fría en una cazuela, junto con el chorizo entero, las patatas peladas, los grelos y el ajo.
Déjelo 30 minutos. Añada las judías y llévelo a ebullición dejándolo hervir otros 15 minutos.
Debe consumirse bastante caldo. Probablemente no necesite sal, pero compruébelo y rectifique la sal si es necesario.

Espero que os guste.